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miércoles, 13 de marzo de 2013

EL AYUNTAMIENTO DE CONIL VIOLA SUS PROPIAS ORDENANZAS Y PERMITE UN CIRCO CON ANIMALES EN EL MUNICIPIO


                                                  ¿Esto cómo se come?

Artículo 4. Prohibiciones

1.p) Emplear animales en circos, atracciones, ferias y eventos similares que tengan lugar en el municipio de Conil de la Frontera (…)
Las ordenanzas están para cumplirlas, y estás también. Los primeros que deben ser consecuentes con sus actos políticos son nuestros gobernantes. Nadie les obligó a llevarlas a cabo ni a incluir dicha prohibición. Prohibición, que dicho sea de paso, muchos aplaudimos. Ahora miran para otro lado y deciden saltárselas, permitiendo la presencia del Berlín Zirkus, un circo con animales que ya ha sido denunciado por maltrato animal.

Si bien es cierto que se escudarán en el hecho de que todavía no están publicadas en el BOP de Cádiz, no es menos cierto que ya están firmadas por el alcalde y aprobadas en el pleno:

Habiéndose aprobado inicialmente en sesión plenaria de 27/09/2012 la Ordenanza Municipal de Reguladora de la Tenencia de Animales de Compañía derogando la ordenanza vigente, se abre un plazo de información pública de treinta días a contar desde el siguiente a la publicación del presente anuncio en este Boletín para que los interesados puedan presentar las reclamaciones y sugerencias que estimen oportunas. A falta de reclamaciones, el acuerdo se entenderá elevado a definitivo.


Conil de la Frontera, a 24 de octubre de 2012. EL ALCALDE, Fdo.: Juan M. Bermúdez Escámez

Nº 70.331


Podemos comprender, como así hemos manifestado personalmente a nuestros “mandatarios”, que pueda tratarse de un mero error, algo que todos podemos cometer. Sin embargo es inasumible, y no lo hacemos, que se nieguen a subsanarlo pudiendo hacerlo. ¿Por qué razón? ¿Dejadez? ¿Miedo a que los patronos del circo puedan actuar contra el Ayuntamiento? ¿Y qué si lo hacen? Ustedes tienen las bases jurídicas, aplíquenlas. Pero claro, son poderosos y tienen dinero, y es ahí cuando se debe medir la calidad de nuestros gobernantes: ¿proteger la injusticia del poderoso o la justicia del ciudadano que apela a sus leyes?
Mucha pancarta barata, mucho lenguaje igualitario, pero a la hora de la verdad todos se encogen cuando se trata de batallar contra un enemigo poderoso.
En definitiva es la lucha tantas veces repetida del ciudadano indefenso, perplejo y avasallado, contra los poderes políticos que hacen y deshacen a su antojo sintiéndose impunes.
Hoy estas ordenanzas son papel mojado, mañana podría tocarles el turno a otras, quién sabe, todo estará en función del que ostenta el mando. Qué grande la democracia, sobre todo la participativa.